Mientras esperaba me senté en el suelo a mirar pasar las riadas de pies que se dirigían a la calle: pasos decididos y alegres calzados en tacones, deportivas, botas, bailarinas planas, zapatos negros, rosas, con brillantina, cómodos diseños ortopédicos, de charol, y algún regio bastón de señora junto a bastones de pancartas