Recientemente he visto la película «Ágora» de Amenábar. Hasta el momento no la había visionado y no sé muy bien por qué. Tal vez fuera porque el director no me cae simpático o porque las películas que se llevan tantos premios y cuestan tanto dinero rodar me causan cierto recelo. El caso es que por fin la vi, 14 años después de su estreno en cines conocí la historia de Hipatia de Alejandría… Y a raíz de la película me interesé por su vida. Es por ello que hoy continúo la serie dedicada a mujeres olvidadas en la Historia con la biografía de esta matemática, filósofa y astrónoma que terminó sus días de una forma mucho más cruel a como nos muestran en el film. Hipatia fue una mujer brillante que tuvo el privilegio de acceder a la universidad de Alejandría (Egipto), donde pudo cultivar su mente, ampliar sus conocimientos y dar clases a los más destacados alumnos de la época. Hipatia formaba parte de la élite y su estela no se hubiera perdido de no haber sido por las eternas guerras con las que los hombres van borrando la historia una y otra vez.
Breve biografía de Hipatia de Alejandría
Existe muy poca documentación sobre Hipatia y ni siquiera su fecha de nacimiento está clara. Según las últimas teorías nació en el año 355 d.C. y fue asesinada en el 415, por lo que habría vivido 60 años. En algunos textos se menciona que falleció a los 45. Sea como fuere, tuvo una vida longeva teniendo en cuenta el siglo del que hablamos, pero en ningún caso debió morir cuando lo hizo. Hipatia era hija del matemático y astrónomo Teón, que daba clases en la biblioteca del Serapeo(*) de Alejandría, una especie de universidad en la que se impartían toda clase de conocimientos y donde se conservaba toda la sabiduría acumulada hasta el momento. Ella aprendió de su padre matemáticas y astronomía, pero también aprendió filosofía, oratoria, remo e hípica. Cultivaba tanto la mente como el cuerpo. Disfrutaba con el álgebra, le apasionaban los debates sobre ética y religión y, aunque no fue la primera en señalarlo, contribuyó a la cosmología indicando que el centro del universo no era la Tierra sino, en todo caso, el sol. Como era de esperar, no fue escuchada.
Si nos fiamos de los textos, Hipatia adquirió más conocimientos que su padre, era más noble que él y, de la mano de los pitagóricos (científicos que se centraban en la contemplación y el descubrimiento del cosmos), basaba sus relaciones en la amistad, en lugar de la jerarquía establecida; en la equidad, sin diferenciar entre hombres y mujeres; y en la creencia de que todas las personas poseían el mismo alma y por ello todas podían llegar a conocer el mundo perfecto. Tal y como se refleja en la película, esta interesantísima mujer creía que todas las personas tenían derecho al conocimiento, la cultura y el debate en igualdad de condiciones. No discriminaba ni por sexo, ni por religión, ni por clase social: era una adelantada a su tiempo. Lamentablemente, sus enseñanzas se truncaron cuando un grupo de hombres la sacó de su carruaje, la desnudó, la mató y quemó su cuerpo. En aquel momento había una guerra de religiones arrasando con todo y ella fue víctima de las intrigas políticas asociadas a dicha guerra.
Curiosidades
Habiendo tan poca información sobre Hipatia, el listado de curiosidades queda bastante reducido. Ni siquiera su muerte está clara: ¿la sacaron de su carruaje o de su casa? ¿La mataron a pedradas o arrastrándola por el suelo de la ciudad? ¿La descuartizaron antes de matarla? Cada alternativa es más dolorosa y cruel que la anterior.
Cuentan que Hipatia se mantuvo siempre al margen de las diferentes religiones – ella formaba parte de la élite pagana; pero sí tomaba partido en política, dada su influencia entre los altos cargos de la sociedad.
Fue acusada de bruja por sus conocimientos – como ves, la historia se ha repetido en un bucle sin fin.
Toda su obra desapareció y lo que sabemos de ella es a través de la correspondencia que mantenía con algunos de sus discípulos.
De su vida privada no se sabe nada porque no hay documentación alguna, más allá de las cartas que acabo de mencionar. Sin embargo, si navegas por internet encontrarás versiones de lo más variado acerca de sus romances. Ya sabes que los hombres no aceptan que las mujeres triunfemos y sigamos solteras, algo tienen que inventar.
(*El Serapeo donde su padre daba clases era un templo dedicado al dios Serapis, patrón de Alejandría. La ciudad era conocida por este templo y por el museo.)
Como ya dije cuando hablé de Safo y de Hedy Lamarr, espero y deseo que las obras de las mujeres sean conocidas y reconocidas, compartidas, publicadas, enseñadas, transmitidas. Ojalá el legado de Hipatia no se hubiera perdido y su aportación a la ciencia se estudiase en las escuelas. Como no podemos cambiar el pasado, cambiemos el presente: leamos biografías de mujeres, rescatémoslas del olvido.
Un comentario